15 Jun 2020
The times (Covid-19) they are a-changin´

Octubre, 1963. EEUU. Bob Dylan graba y publica la canción que se convirtió súbitamente en el himno de protesta generacional, alterando significativamente el rumbo de los acontecimientos en todo el planeta.

Febrero, 2020. China. Un virus se extiende por todo el planeta alterando significativamente la salud, la economía y las relaciones sociales de una forma e intensidad que, tal vez en este mismo momento, aún no seamos capaces de valorar.

Se trata de dos cambios cuánticos, que rompen el ritmo de la evolución cotidiana. A veces los denominamos revolución.

 

La empresa y los directivos

Hasta hoy podemos diferenciar dos escenarios.

Al primero le llamaré de Emergencia.

Suenan las sirenas y los directivos y jefes se afanan en analizar e identificar las claves de lo que sucede, que no está nada claro, y de sus consecuencias en sus negocios. Planificar y poner en práctica la continuidad de las operaciones en un escenario completamente diferente, severamente limitado por los desplazamientos de los clientes y sus propios trabajadores, es la prioridad.

El segundo escenario, pasadas tan sólo unas pocas semanas, lo denominaré como el de la Realidad Más Probable. Aún no tienen claro como serán los próximos meses pero ya disponen de los datos de dos meses y las proyecciones de los diferentes escenarios más probables que han diseñado.

La mayoría de las empresas califican como grave el impacto económico. Una minoría lo califica como favorable.

En ambos escenarios los directivos han puesto a prueba principalmente dos habilidades:

Auto-control y toma de decisiones

Auto-control se refiere a mantener su desarrollada función ejecutiva en un escenario, especialmente el primero, de elevadas emergencia y estrés.

El clima laboral y social también influye negativamente en el estado de ánimo. Despidos, expedientes de regulación de empleo, reducción de ingresos, miedo al futuro, preocupación por el contagio e, incluso, el sufrimiento por la enfermedad o muerte de familiares y amigos.

La toma de decisiones en escenarios desconocidos, como el presente, resulta mucho más compleja. Decidir (elegir) sin apenas datos y con urgencia, significa asumir riesgos muy altos. Algunos directivos, brillantes en esa habilidad, no disponen de la capacidad de adaptación suficiente a esa situación.

 

Cómo ayuda en esta situación el coaching ejecutivo  

Los coaches que tenemos programas en marcha durante este período hemos experimentado el impacto Covid-19 desde dos perspectivas. La propia y la de nuestros coachees.

La propia se refiere a la forma en la que asumimos lo que sucede, cada uno a su manera.

Afortunadamente nuestra profesión nos ha equipado con una amplia gama de aprendizajes para gestionar con efectividad diferentes situaciones.

Un coach ha aprendido, entre otras, a:

  • re-encuadrar una situación para cambiar su significado
  • aceptar lo que está fuera de nuestro ámbito de influencia y, simultáneamente, adaptarnos y encontrar nuevas soluciones u oportunidades
  • expandir la escucha activa para escuchar lo que no ha sido pronunciado
  • empatía para comprender las necesidades de los otros
  • cambiar él mismo para que los demás cambien
  • lidiar con el estrés desde que escuchamos que “estrés es lo que sucede cuando tu cuerpo, tu razón y tu emoción no coinciden en el mismo lugar”
  • cambiar alguna de las creencias que sustentábamos y, así, acceder a una nueva mentalidad, colección de comportamientos y actitudes que, ahora sí, nos dan acceso a la consecución de los resultados que queríamos
  • no hacer más cosas en menos tiempo (actividad), sino a hacer sólo las cosas que aportan más valor (productividad)
  • desplegar la auto-consciencia para elevar el umbral de percepción. Es como disponer de un radar más potente
  • reconocer que somos completamente libre para elegir cómo vivir
  • descubrir que la respons(h)abilidad es una de las claves del desarrollo humano, porque dispara automáticamente la motivación, el compromiso y el sentido de pertenencia
  • disfrutar con lo que tenemos, mientras perseguimos lo que queremos
  • darnos cuenta que el sufrimiento es una elección
  • gestionar la emocionalidad para recuperar el auto-control y, así, tomar decisiones más acertadas

(Distinción oportuna: el aprendizaje de soft skills no se refiere al saber, sino al hacer)

La perspectiva de nuestros coachees, que observamos en los procesos de coaching actuales, sólo se diferencia de la propia en la mayor trascendencia de sus decisiones.

Un coach está preparado para ayudar a su coachee a realizar su viaje de cambio, porque:

El coaching es un maravilloso proceso de auto-diseño

de la persona que quieres ser

Los resultados que quieres no se persiguen, se atraen. Los atrae la persona que ha conquistado la mentalidad, los comportamientos y actitudes que requieren esos resultados.

Tu coach te acompañará en el viaje de convertirte en la persona que dispone de esos atributos, que son los que te permitirán atraer, con efectividad y sin esfuerzo, los resultados que has establecido.

“El sentido principal de la vida no consiste en lo que consigues, sino en lo que te conviertes.

No desees que las cosas te resulten fáciles, desea ser mejor,

y de esta forma serás capaz de enfrentarte con éxito a los retos presentes y futuros.

La consecuencia del cambio será el logro de lo que quieres”

Jim Rohn

 

Jaime Bacás, fundador de EXEKUTIVE Coaching

Si tienes alguna duda o sugerencia de mejora, dínoslo

Todo lo que hacemos es para ti.  Ayúdanos a satisfacerte

Contacto