“No existe el intentar, sólo el hacer”.
Intentar es una construcción de tu mente. Cuando te dices a ti mismo voy a intentar algo, el mensaje real que estás enviando a tu intención es negativo porque lleva embebido el potencial de fracaso o, en el mejor de los casos, un éxito limitado.
Por el contrario, cuando te dices voy a hacer (algo), estás estableciendo desde ese mismo momento el éxito de esa acción en tu intención.
Cuando utilizas tu escucha de forma efectiva, escuchando no sólo las palabras sino también el propósito que encierran esas palabras, te escuchas a ti mismo – y a otros – diciendo, por ejemplo, “intentaré ser un jefe mejor” o “intentaré entregarte el informe mañana”, lo que realmente estás estableciendo son estándares de conducta y de ejecución que incluyen dudas reales de que puedas conseguirlo. Existe una predeterminación de auto-derrota.
La forma en la que hablas es relevante. El lenguaje es, justamente, el canal que expresa tus intenciones. Cuando cambias la forma en la que hablas, cambias tus creencias y, por tanto, tu consciencia de lo que haces y abres nuevas posibilidades que antes no permitías existir.
Intentar limita tu potencial y hacer lo amplía.
Cuando reflexionas más profundamente en la razón por la que utilizas intentar te encuentras, casi siempre, con los conceptos de riesgo y miedo ¿Qué pasaría si no lo consiguiese? ¿Qué pensarán de mi? ¿Qué pensaré yo de mi?
Intentaré es un recurso que te permite no comprometerte realmente. De hecho es la excusa (que no explicación) que entregas al otro cuando no entregas el resultado: “lo he intentado… pero no ha sido posible”.
Podrías elegir decir NO más a menudo, cuando no estés en condiciones de comprometerte con un “lo haré” ¿Te parece una buena estrategia programarte o acostumbrarte a intentar y no conseguir? ¿Cuándo te dices, o dices a otros, que te consideras una persona comprometida, qué significado concreto le das a esas palabras?
Intentar en la práctica de coaching ejecutivo
En la práctica de coaching ejecutivo es frecuente escuchar al coachee conjugar el verbo intentar. Así que como coach le invito a proscribirlo de su leguaje. Coaching es acción y compromiso con ella.
La invitación incluye un momento para su reflexión. Busca y encuentra tus intentares. Elige uno que esté conectado con algo que de veras te importa y… cámbialo por un poderoso “voy a hacer”.
El ejercicio es más potente si, en lugar de decirlo mentalmente, lo dices en voz alta. Puede que sientas un poco, o mucho, vértigo; si así fuera recuerda que ésa es una gran señal: el asunto realmente merece tu esfuerzo y esa señal ha sido producida por el sistema de detección de tu zona de confort, que te indica que estás fuera de ella, es decir, en tu zona de crecimiento o desarrollo. Lo mejor que puedes hacer es seguir adelante, enfréntate al posible miedo que te frena y ponle nombre. Escríbelo, no vale con nombrarlo mentalmente.
Decide si quieres quedarte con tu miedo y renunciar al “voy a hacer” o enfrentarte a él “haciendo y consiguiendo”. Cuando “consigas” descubrirás que, además, existe un premio gordo: tu poder personal ha crecido.
“Cuando crees y piensas “yo puedo”, activas tu motivación, compromiso, confianza, concentración y entusiasmo – todo ello relacionado directamente con el logro”. – Dr. Jerry Linch
Jaime Bacás, fundador de EXEKUTIVE coaching