25 May 2021
El sirviente y el coaching ejecutivo (Capítulo 1/2)

En 1956 Hermann Hesse publica Viaje al Este, una breve novela que describe el viaje que varios miembros de una sociedad secreta realizan a través del espacio y del tiempo en busca del “Hogar de la luz” en el que esperan encontrar su renovación espiritual.

Robert Greenleaf encontró inspiración en ese relato -el del guía contratado para esa expedición- para desarrollar el concepto del líder servidor (Servant Leadership, 1.970), uno de los nutrientes que contribuyó al establecimiento del concepto de coaching y, obviamente, al de leader-as-coach.

Ken Blanchard tomó su antorcha, años después, y lo desarrolló señalando a Jesús de Nazaret como ejemplo de este modelo de liderazgo.

 

Los líderes en el siglo XXI

Existen muchas definiciones de lo que es un líder organizacional. La más operativa y simple que puedo proponer es:

persona que ayuda a sus colaboradores a alinear sus objetivos                      

con los de la organización, y a conseguirlos

Si admites esta definición puede que consideres que la principal pregunta que necesitas hacerte es:

¿qué puedo hacer para facilitar el desempeño de mis colaboradores

para que consigan sus objetivos?

Es una pregunta muy simple aunque desafortunadamente pocos se la hacen. Y muchos menos se la hacen varias veces cada día.

Una de las principales dificultades reside en el concepto que incluye: el líder como servidor de sus colaboradores.

Cuando llegas a jefe crees que es el momento para mandar. Y no negarás que dar órdenes y ser obedecido tiene un gran atractivo. Te sientes más poderoso porque con tu ascenso se te ha conferido una ración extra de poder. Y el poder es adictivo.

 

¿Servidor o servido?

Por tanto puede resultarte difícil hacer lo contrario: servir en lugar de ser servido.

Cuando operas desde el paradigma de ser servido la pregunta que te haces es: ¿Qué puedo mandarles para asegurar que consigo mis objetivos?

Sin duda tienes una concepción posesiva y egocéntrica de los objetivos y, por tanto, de la forma de conseguirlos. Los objetivos y tus intereses personales suelen llegar a confundirse.

Ser servido requiere que retengas el poder conferido e, incluso, despojes a tus subordinados (ya no son colaboradores) de parte del que poseían. De esta forma aseguras quien manda y a quien pertenecen los éxitos que puedan ser alcanzados.

Servir, por el contrario, significa delegar a tus colaboradores el poder que has recibido. Un servidor, o sirviente, entiende que consigue su misión y sus objetivos cuando las personas a las que sirve consiguen los suyos. Porque tus objetivos no son otros que la suma o combinación de los de ellas.

Cuando sirves tu misión se convierte en una búsqueda continua de formas de favorecer el desarrollo de tus colaboradores para facilitar y asegurar que consigan sus objetivos. La consecuencia de su éxito es el tuyo. Se trata de un viaje de crecimiento. Su crecimiento es el tuyo.

El servidor es un individuo al que adornan las virtudes de valentía, generosidad y humildad.

Es preciso ser muy valiente para centrarse en el desarrollo de los demás sin temer que ello pueda significar una amenaza para tu posición. No lo es menos ser generoso, cuando entiendes, y aceptas, que es su triunfo lo que constituye el tuyo, y no al revés. Y ser humilde es comprender la grandeza que implica servir a los demás.

 

Las habilidades del líder – servidor

Greenleaf definió las principales habilidades que adornarían al líder – servidor. No te sorprenderá conocer que entre ellas se encuentren la escucha, la empatía o la persuasión.

Escuchas profundamente para conocer lo que necesitan tus seguidores y, también, lo que necesitas tú.

Empatizas con ellos para entenderles, aceptarles y respetarles.

Utilizas la persuasión personal en lugar de la autoridad formal de tu posición para mostrar el destino y el camino que a él conduce.

 

¿Qué vas a hacer ahora (si eres jefe)?

Si estás de acuerdo con la definición de líder anterior tal vez quieras probar un ligero desplazamiento hacia la zona en la que se encuentra el líder – servidor.

Empieza haciéndote la pregunta:

¿qué puedo hacer para facilitar la labor de mis colaboradores

para que consigan sus objetivos?

Reflexiona la respuesta y ponla en práctica. No te desanimes si los resultados son modestos la primera vez, y sigue esforzándote. O tal vez quieras hacer, directamente, esa misma pregunta a ellos y escuchar su respuesta.

 

La gran influencia de R. Greenleaf

Cuando conoces este modelo de liderazgo te das cuenta de que la relación que establece el líder-servidor con sus colaboradores y la que establece el coach con su coachee (en un programa de coaching) son similares.

Las palabras claves, en mi opinión, son: facilitar y sus (objetivos)

 

Jaime Bacás, fundador de EXEKUTIVE Coaching

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