(Spoiler: la respuesta es no. Si te interesa saber por qué sigue leyendo)

El término coach (ejecutivo), y coaching, comienzan a tener relevancia en nuestro país a principio de este siglo.

Su introducción llegó asociada a una forma de desarrollo de personas basada en el modelo de aprendizaje andragógico.

Todavía hoy muchas personas desconocen su origen, otras sus diferentes significados, también hay otras que se quejan de que no exista un término equivalente en castellano, y otros más de su apropiación indebida por diferentes colectivos o profesionales, porque genera confusión.

Es lo que suele suceder siempre con los anglicismos. Llegan de repente y son adoptados rápidamente.

La R. A. E., al cabo de unos años -a veces décadas- levanta acta de su uso común en el lenguaje popular y las incluye en el diccionario, en cuyo momento ya son oficiales y disponen de uno o varios significado específicos.

Algunos ejemplos bien conocidos son los términos “marketing”, o el más reciente “proactivo”.

Origen

La referencia conocida más antigua es el término húngaro Kocsi (de Koks), un carruaje diseñado y fabricado en la ciudad Koks en los años 1550, que disponía de un sistema de suspensión por ballestas que amortiguaba notablemente el traqueteo causado por la irregularidad de los caminos de esa época.

Su gran contribución a la comodidad de los usuarios lo hizo muy popular en Europa, que adoptó y adaptó como nombre su gentilicio, Kocsi: kutsche en alemán, coach en inglés, y coche en francés y castellano.

El término coach en su acepción en el ámbito de la enseñanza se acuñó en 1830 en la Universidad de Oxford, como el tutor que acompaña al estudiante en la preparación de sus exámenes. Y éste inspiró el de entrenador o instructor deportivo (1861).

Durante la segunda mitad del siglo pasado se comienza a desarrollar el concepto de coaching como desarrollo de personas en el ámbito organizacional.

En España el término coach inicia su popularidad con este siglo, asociado a este último significado.

Coaching es un viaje

La analogía del coaching como un viaje es bella.

El desarrollo del individuo es como un viaje, desde la persona que es hoy y el objetivo que ha elegido (el lugar de partida), hasta la persona en la que se convierte, que atrae el resultado establecido (el punto de llegada), viviendo todas las experiencias que le permitirán realizar ese cambio personal (el trayecto).

La herramienta que utiliza para su cambio personal, la metodología del programa, es el coach (el coche), que es conducido por el coach (cochero o conductor; en inglés el término coach es el mismo para ambos).

El protagonista del viaje es el cliente (el viajante), porque elige al coach y el destino. El coach es un recurso (formidable) al servicio del cliente.

El coach es un experto en viajes. Conoce y tiene experiencia en los distintos territorios y acontecimientos que tienen lugar en los diferentes tipos de viajes, destinos, viajantes, etapas, imprevistos, etc. También conoce a fondo su herramienta (el coche) que mantiene en excelente estado, teniendo en cuenta que es la que transporta al cliente, al que acompaña y ayuda durante su viaje. Su misión es que éste alcance el destino que ha elegido siguiendo la ruta que prefiere.

Significados según la RAE

El término coach según la RAE tiene este significado, que remite a este otro. Imagino tu probable estupor, amigo lector, que conoces el origen de su llegada al país. .

El término coaching no existe aún para la RAE. 

Confusión

La fama, moda y popularidad que adquiere el término coach, y coaching, durante estas dos últimas décadas como concepto de desarrollo de personas es adoptado por otras, ajenas a esta profesión, para autodenominarse coach de cualquier otra actividad.

Entiendo que es una forma de diferenciarse del término genérico o ambiguo que describe su profesión. Por ejemplo, denominarse coach musical (programa de TV La voz) en lugar de instructor o maestro (genérico), o experto (ambiguo).

Los coaches (ejecutivos) no somos coaches

Ese uso indiscriminado por otras personas o colectivos es considerado por algunos como una apropiación indebida, tal vez porque creen que, como fueron los primeros en apropiarse de él, les pertenece y, por tanto, les molesta que otros lo utilicen.

Aunque si aceptas la autoridad de la RAE “coach es la persona que asesora…”, lo que significa que los coaches (ejecutivos y personales) somos los únicos que oficialmente no somos coaches, puesto que no nos dedicamos a asesorar. Es más, lo tenemos prohibido por nuestro código deontológico ¡Qué paradoja! ¿No?

Todos los demás coaches -como los de La Voz, por ejemplo- sí son coaches, porque asesoran.

Este tipo de confusión nominal es frecuente en las las profesiones que no están regladas. Por eso a mi no me inquieta ni molesta.

Tomemos como ejemplo algunas profesiones no regladas frecuentes en nuestro mismo ámbito profesional: formador, facilitador, consultor y mentor. Es más, estoy por asegurar que tú, lector, eres un profesional de alguno de estos colectivos.

No escucho quejas, ni rasgar de vestiduras, cuando alguien se presenta con alguno de esos términos. Incluso es más que probable que la mayoría de estos últimos no disponga de ninguna capacitación específica y certificada, como sí existe para los coaches. 

El último grito

La moda más reciente, y creciente, es ser mentor. En los últimos cinco años han aparecido más mentores que setas.

¡Date prisa, es gratis, no te quedes el último!

“Fue en mi quinto cumpleaños cuando mi padre,

poniendo su mano sobre mi hombro, me dijo:

Recuerda, hijo mío, si algún día necesitas una mano que te ayude

encontrarás una al final de tu brazo.”

–Samuel Levenson

Jaime Bacás, fundador de EXEKUTIVE Coaching