24 Mar 2021
¿Considerarse una víctima es una elección? Micro-capítulo 2/2

Micro-capítulo 2/2

Los beneficios  de la víctima y el coaching

 

El vínculo beneficioso victima-compasión

En el corto plazo resulta muy conveniente y beneficiosa la relación entre la víctima y las personas que ofrecen su compasión. Una relación cuyo propósito inicial es ayudar a la víctima a sobreponerse al dolor generado por su desgracia, para finalmente aceptarla y así poder rehacer su vida.

La palabra clave en ese proceso es aceptar. Su significado es comprender que en el mundo tienen lugar hechos que están fuera de nuestro alcance o control -la denominada Zona de Preocupación, según Stephen Covey-, y que la respuesta más efectiva ante los hechos que no tenemos el poder de cambiar es… aceptarlos.

El siguiente paso, después de la aceptación, es elegir cómo responder a tu nueva situación -la denominada Zona de Influencia, según Covey-. Responder -respons(h)abilidad- significar realizar una acción, o decisión, encaminada a gestionar con efectividad el sufrimiento. Las respuestas son variadas y suelen pasar por la modificación de alguno de los valores, intereses o creencias que mantenemos, ya que son éstas las que generan el sufrimiento.

Una de ellas, en el caso de que el daño hubiera sido realizado por una persona, es ejercer el perdón. Perdonar conduce a calmar la ira interior que suele aparecer tras el daño recibido. Eliminar el deseo de venganza y de dolor ajeno, que nos igualaría al delincuente.

Compasión, aceptación y respuesta son, en mi opinión, las otras claves para abandonar la condición de víctima y volver a ser libre, recuperando nuestro poder personal.

 

El vínculo perjudicial victima-compasión

La ausencia de aceptación conduce a la esclavitud por el suceso, que calificamos como mala suerte, injusticia… «¡¿Por qué a mí?!»

Y si el daño fue realizado por una persona, la esclavitud toma la forma de odio o ira, que nos encadena al delincuente, al que cedemos todo nuestro poder: el poder de que gobierne nuestros sentimientos. Sentir odio o ira es elegir ser dependiente de esa persona. Eliges que tu vida esté condicionada por ese vínculo negativo y destructor.

Las personas que eligen no aceptar el suceso ni responder al mismo se convierten en rehenes del hecho o de la persona causantes del daño. Ceden su poder personal y, por consiguiente, pierden su libertad.

Algunas víctimas (de cualquier tipo de daño) eligen mantener esa condición de forma permanente.

En ocasiones creando asociaciones de víctimas, cuando el mismo suceso o tipo de delito cometido ha afectado a un grupo de personas. La asociación refuerza el vínculo de víctima y dificulta recobrar el poder personal y la libertad.

Cuando la compasión no funciona, es decir, cuando no es útil para ayudar a la víctima a sobreponerse, aceptar y responder porque ésta elige considerarse una víctima permanente…

… ¿Es beneficioso o perjudicial mantener la compasión?

¿Existe otra alternativa más efectiva?

 

¿Cuál es el beneficio de autoproclamarse víctima permanente?

Parece una paradoja unir en una frase los términos víctima y beneficio.

Cuando observamos y escuchamos a una víctima permanente de un daño sucedido bastante tiempo atrás lo primero que notamos es su sufrimiento, y en ocasiones sus sentimientos de ira, odio, resentimiento o sed de venganza.

No es dolor, porque el dolor al cabo de poco tiempo desaparece.

Es sufrimiento, que es el juicio generado sobre el dolor que hemos padecido.

Si cambiamos alguna de esas creencias, ese juicio desaparece. Por eso es una elección, porque las creencias, valores o intereses que ahora tenemos han sido elegidas por nosotros, y podemos cambiarlas cuando queramos.

De hecho eso es lo que explica que unas víctimas se sobrepongan a su desgracia muy rápidamente, otras tarden más y otras no lleguen a sobreponerse nunca, eligiendo ser víctimas permanentes.

El inconveniente principal de la víctima permanente es que sufre. O sea, lo pasa mal. Tal vez muy mal.

Sufrir no es agradable. Y tampoco lo es convivir con una víctima.

El beneficio principal de la víctima permanente es continuar obteniendo la compasión de algunas personas, que se convierten, por inconsciencia y/o ignorancia, en cómplices necesarios de esa permanencia.

Esa permanencia es una dependencia, es decir, una cadena que le impide liberarse de su sufrimiento, y que se manifiesta en llamar (necesitar) la atención, el cuidado, el cariño, la pena… de las personas compasivas, que de esta forma se convierten en sus salvadores necesarios, estableciendo un círculo perjudicial del que, tanto a las víctimas como a los salvadores, les resulta muy difícil escapar.

 

Cómo ayuda el coaching personal a las víctimas

Si el suceso originó un daño traumático en la persona, la solución, desde el primer momento, corresponde únicamente a la psicología o psiquiatría. Y la compasión puede constituir un apoyo necesario y beneficioso.

En ausencia de trauma, el coaching personal es una opción de ayuda efectiva. Especialmente cuando la compasión no resulta efectiva y la víctima elige hacer permanente su condición.

 

Cómo ayuda el coaching ejecutivo a las víctimas en el entorno organizacional

El coaching ejecutivo opera exclusivamente en el entorno organizacional, en el que también se producen una enorme variedad de daños generadores de víctimas. Daños causados principalmente por las relaciones personales; por ejemplo la pérdida de autoestima, que no sólo daña a las personas, sino que además produce mermas en su rendimiento.

 Tu capacidad para evitar que “te pasen cosas” es limitada o nula.

Sin embargo, posees el poder total de ”responder a las cosas que te pasan”

La metodología de coaching ha demostrado una efectividad enorme, porque moviliza a la víctima a tomar consciencia de que lo que entiende como la realidad no es sino una interpretación construida a partir de sus creencias, valores e intereses.

Descubrir y apropiarse de este simple -que no sencillo- concepto desbloquea el acceso a su poder personal para cambiar lo que necesite, y así conseguir el resultado que elija.

 

Todos los seres humanos disponemos de poder personal.

Víctima es un ser humano que ha elegido, por ignorancia o inconsciencia, ceder a otro su poder personal.

Coaching ejecutivo es la metodología que ayuda al individuo a acceder a su poder personal,

y desplegarlo en pos del logro de sus objetivos.

 

Jaime Bacás, fundador de EXEKUTIVE Coaching

 

La relación siguiente incluye los dos micro-capítulos del artículo

¿CONSIDERARSE UNA VÍCTIMA ES UNA ELECCIÓN?

Micro-capítulo 1/2: Los conceptos en juego

Micro-capítulo 2/2: Los beneficios  de la víctima y el coaching

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